El Ritual Handfasting o Unión de manos es un antiguo rito celta, que ha perdurado a través de los siglos. Representa la unión y compromiso de la pareja al entrelazar sus manos y atar nudos que simbolizan la conexión y el amor eterno.
Este ritual tiene sus raíces en la cultura celta, particularmente en Escocia e Irlanda. En la antigüedad, este rito era una forma legítima de matrimonio, donde las parejas declaraban públicamente su compromiso mutuo y se unían a través de esta ceremonia.
El término «handfasting» proviene del inglés antiguo «handfæstung», que significa «promesa de mano». Durante la ceremonia, las manos de la pareja se entrelazaban con una cuerda o tela, formando una especie de nudo que se ataba. Este acto simbolizaba la unión de sus vidas, corazones y almas en amor y armonía.
Desarrollo del Ritual
La ceremonia del Handfasting comienza con la presentación de la cinta o cuerda, que puede ser de un color especial o tener un significado particular para la pareja. Ambos extienden sus manos y la maestra de ceremonias envuelve la cinta alrededor de ellas, formando un nudo o un lazo ajustado. Este acto simboliza la unión de sus vidas y la promesa de estar juntos en su viaje matrimonial.
A medida que se realiza el Handfasting, se pueden decir los votos o palabras significativas que expresen el amor y el compromiso de la pareja. Este momento íntimo les brinda la oportunidad de compartir sus promesas y deseos mutuos mientras sus manos están unidas.
Una vez que los votos y las palabras han sido compartidos, la cinta o cuerda puede ser desatada con cuidado, liberando las manos de la pareja. Esto marca el comienzo oficial de su vida juntos como matrimonio. Algunas parejas eligen conservar la cinta o cuerda como un recuerdo significativo de su ceremonia de Handfasting.
El Handfasting es un símbolo de la unión eterna de dos almas. Al unir sus manos, la pareja crea un lazo sagrado que simboliza su amor, compromiso y disposición a enfrentar juntos los desafíos de la vida.
El cordón o paño utilizado puede convertirse en un tesoro sentimental que perdurará más allá de la ceremonia, siendo un recordatorio del vínculo que han creado. Muchas parejas deciden conservar el cordón como un objeto de valor sentimental, que puede ser colocado en un lugar especial en su hogar o incluso pasado a las generaciones futuras como una reliquia familiar.
¿Y vosotros? ¿Váis a hacer ritual en vuestra ceremonia?